jueves, 30 de junio de 2011

RESPONSABILIDAD SOCIAL EN LAS ENTIDADES DEL TERCER SECTOR

En primer lugar entendemos por Tercer sector, aquel subconjunto de organizaciones socioeconómicas que sin ser de carácter gubernamental ni privado lucrativo, actúan en función de objetivos sociales y colectivos predeterminados. La comunicación adecuada de sus acciones socialmente responsables (que no son otras, que su permanente creación de valor social) es un requerimiento ineludible para los mandos directivos de una entidad del Tercer Sector. 

En los últimos años las empresas y en general las organizaciones de cualquier naturaleza han comenzado a mostrar un interés creciente en establecer relaciones sostenibles con el entorno tendiendo puentes con aquellos grupos que son impactados o impactan sus actividades, sus stakeholders. Esta actitud de apertura de las organizaciones es clave, necesaria e imprescindible si el objetivo final es el desarrollo sostenible mundial. En este contexto surge el informe de Responsabilidad Social como una herramienta de gestión que permite a las empresas medirse y rendir cuentas a la sociedad y a sus grupos de su actuar ambiental, financiero y social. 


Si bien a este documento se le conoce en Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos con el nombre de Balance Social la tendencia mundial en temas de reporte es que el mismo incluya información no solo referente al aspecto social de la organización sino que incluya así mismo los aspectos ambientales y económicos-financieros. A este documento que suele llamarse memoria, informe o reporte de sostenibilidad o de Responsabilidad Social Corporativa se basa en la idea de Triple Bottom Line de John Elkington.
El Triple Bottom Line, traducido al español como triple rendición de cuentas o triple cuenta de resultados debe ser entendido como la metodología para medir y reportar el desempeño de las organizaciones contrastado con parámetros ambientales, económicos y sociales. Además permite a las mismas superar la rendición de cuentas únicamente de su valor económico como solía hacerse en el pasado, y considerar también el valor social y ambiental.

Este nuevo enfoque apunta a que este documento derive en informes o memorias de sostenibilidad siendo que cada vez más se promueve que la rendición de cuentas de las organizaciones sea integral y englobe todas sus áreas de actividad e influencia. Muestra más fehaciente de ello es el Global Repoting Initiative (GRI) que es una guía de indicadores para medir el desempeño en lo social, lo ambiental, lo económico y en lo integral, que es el cruce de variables de esos tres sectores.
Ahora bien, cuando hablamos de estos informes o memorias, no sólo no hay un término único sino que las definiciones que se hacen del mismo son muchas. 

También es posible definir este instrumento como el resultado de un proceso dinámico de medición y valoración, frente a objetivos concretos, de las actividades, resultados e impactos de una organización determinada. Pero a la vez es también un proceso de intercambio, de diálogo y de involucramiento con los grupos de interés de la organización, lo que los angloparlantes llaman stakeholder engagement. 

Las características principales de este informe son las siguientes:

Debe ser voluntario: pues son las organizaciones quienes deciden si tienen la capacidad y el tiempo suficiente para elaborar un informe de Responsabilidad Social. 

Debe ser comparativo: El informe de Responsabilidad Social debe permitir medir su propio desempeño a través de los años así como con otras organizaciones del mismo sector, lo que se conoce como benchmarking.

Debe ser regular: Debe realizarse periódicamente para que sea posible realizar mejoras. 

Debe ser verificable: Su información debe ser medida según parámetros de objetividad. 

Debe ser transparente: La organización que presenta un informe de Responsabilidad Social apuesta por la transparencia y por ello hace pública su imagen y al hacerlo se compromete a seguir las recomendaciones de sus stakeholders.

Debe ser comunicable: Su fin último es fortalecer la imagen pública de la organización así como comunicar las acciones que realiza. 

Este documento es una valiosa herramienta de consumo interno pues ofrece información sistematizada y ordenada sobre el desempeño de la organización pero para que sea realmente aprovechado debe hacerse público, debe llegar a todos los interesados y los impactos por la organización y recibir de estos su opinión a manera de retroalimentación. 

La idea que subyace tras el informe de Responsabilidad Social es acercar las organizaciones del Tercer sector a sus grupos interesados de manera que estos puedan conocer cómo operan, qué resultados obtienen y qué impactos generan estos sobre la comunidad y el ambiente. 

En todo caso al informe de Responsabilidad Social hay que considerarlo siempre una inversión que permitirá medir realmente y a fondo cómo está operando la organización y no sólo en su actividad propia, sino medir también la calidad de las relaciones con aquellos grupos de interés con los que interactúa. 

El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede.
Jorge Bucay  Escritor y psicoterapeuta argentino.

Carlos Vicente Croes

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